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El cambio climático será el problema que definirá a la humanidad en el siglo XXI y, sin embargo, la velocidad del calentamiento global sólo puede contrastarse con el ritmo pausado con que las propuestas se abren paso en el proceso político, mientras que las emisiones de carbono no han disminuido sino que han aumentado desde 2006 en adelante. En el «Plan de acción sobre la financiación del crecimiento sostenible» de la Comisión Europea (UE, 2018) ya se ha reconocido que el sector financiero tiene un papel crucial que desempeñar en la transición hacia una «economía ecológica», mientras que los bancos centrales y los supervisores crearon en 2017 la Red para la ecologización del sistema financiero (NGFS) (2019) para gestionar los riesgos relacionados con el clima y movilizar capital para inversiones ecológicas. Sin embargo, los principales esfuerzos se centran en los puntos de referencia y en una taxonomía «verde» de los instrumentos, el más importante de los cuales (los bonos verdes) representan menos del 1% del total de los bonos en circulación en todo el mundo. ¿Cómo es esto posible y, más importante aún, cómo se puede mejorar? De esto se trata este curso. En este curso aprenderá a identificar cómo lograr una reducción de las emisiones de carbono a nivel mundial aprovechando el poder de los mercados financieros, basándose en un enfoque interdisciplinario. A diferencia de los anteriores enfoques de la «estabilidad financiera», en los que se acusaba a los responsables políticos de «salvar a los bancos (y a menudo a los banqueros) para salvar la economía», nosotros proponemos «reclutar a los bancos y a las empresas para salvar el planeta».

CSI participantes: Antonio Cabrales, Natalia Fabra, David Ramos, Anxo Sánchez